Abducción: La Cosa más Maravillosa de nuestra Constitución

Abducción:

 La Cosa más Maravillosa de nuestra Constitución

       Stefan Palma

En la sexta de las Lecciones de Harvard(1903) sobre el pragmatismo, C.S. Peirce nos explica que “La abducción es el proceso de formar una hipótesis explicativa”.  Dando cuenta, además, de que la abducción, como modo de razonamiento lógico, fundado en los instintos y en la imaginación, “…es en conjunto la cosa más maravillosa de nuestra constitución” (1).  Aunque “… la abducción sugiere meramente que algo puede ser”;  ese “puede ser”, permite dejar espacio para las posibles conductas humanas, que se guíen por una cierta razonabilidad ante los hechos.  El  “puede ser”, en las categorías de C.S. Peirce, imbricadas por el tejido de los procesos semiósicos y de su pragmatismo, vienen a coadyuvar a que la conducta humana, ejerza el potencial de su pensamiento a través de cada acción cotidiana, desde la terceridad.  Pues “el hombre tiene un cierto discernimiento de la terceridad, de los elementos generales de la naturaleza…”.  En este proceso por revelar el mundo, por adivinar las mejores conjeturas para la vida que nos rodea, de discernir aquello frente a lo cual nos enfrentamos constantemente, de evaluar aquellas hipótesis que creemos, y para resolver situaciones sorprendentes, resulta conveniente, hacer una llamada a lo primero; pues, “lo primero predomina en el sentir”, nos dirá C.S. Peirce.  Con este llamamiento a lo primero, es posible caminar por las posibles vías de acción, desde un segundo; para recorrer con inteligibilidad el pensamiento, en el sentido de que,  “ el hilo de la vida es un tercero…”  Como tercero, la vida humana como signo en crecimiento, no se halla constreñida por el hermetismo, sino por la apertura y la comunicación con los otros, donde “La terceridad fluye a nosotros por todas las avenidas de los sentidos”

La abducción, es capaz de acceder, a ese otro ser humano,  dialógicamente con sentido, mediante la fuerza de la primeridad, para llegar a inferir e interpretar los significados y efectos de las semiósis humanas y de las experiencias sensibles.  O como dirá C.S.Peirce, ”La simpatía, la carne y sangre, aquello por los que siento los sentimientos de mi prójimo, es tercero”

Arisbe

El  ‘puede ser’  de la abducción y, desde una concepción hermenéutica, como nos señala Mariluz Restrepo, “…se refiere justamente a la comprensión y expresión de los posibles sentidos del mundo y de nosotros mismos”  (2)     Se trata de una facultad humana, creativa, teleológica y evolutiva; que es capaz de integrar la perspectiva de las posibles consecuencias futuras mediante la imaginación, en vistas de una inteligibilidad del mundo y del propio existir.  Porque la hipótesis creativa nos prepara no sólo para actuar en el mundo, sino para realizar los hábitos o reglas de acción.  Como nos recuerda Sara Barrena, “El formular hipótesis y la noción de acción tal y como la concibe Peirce exigen el esfuerzo imaginativo constante por ver las consecuencias posibles, concebibles”(3)

La abducción, con su relativa frecuencia con la que acierta las teorías y los hechos, que nos sorprenden en general, rebasa la estructura simplemente lógica, pues apela a las cualidades de sentimientos, en el continuo fluir de la actividad semiósica de inferencias e interpretantes.  Como expresa Jaime Nubiola, “La abducción no es una mera ‘operación lógica’, sino que desde un punto de vista semiótico es más bien aquella actividad espontánea de nuestro entendimiento que nos hace familiar lo extraño dando razón de lo que nos ha sorprendido. (4)

Sara Barrena, explica que “No seríamos capaces del más mínimo avance en el conocimiento, tampoco del necesario para la vida ordinaria, sin la abducción…” (5) En este sentido, no sólo el conocimiento de las grandes leyes de la naturaleza, estarían bajo la influencia de la abducción, sino en la novedad que nos trae cada día, que nos invita a descubrir su propia verdad, su razón de ser y el posible hábito de claridad.   O como nos relata el propio C.S. Peirce, “Realizo una abducción cuando hago tanto como expresar en una frase cualquier cosa que veo” (6)  Convengamos en decir, entonces,  junto a C.S. Peirce, que la abducción es “la cosa más maravillosa de nuestra constitución”

BIBLIOGRAFIA

1.- C.S. Pierce Lección VI. Tres tipos de razonamiento.(1903)  Traducción castellana y notas de José Vericat (1988)* Véase en http://www.unav.es/gep/OnThreeTypesReasoning.html

2.-  M. Restrepo,  Representación interpretante, enlace hermenéutico. En Semiótica y Hermenéutica.  Cuartas Jornadas Internacionales  Peirceanas.   Véase en  http://portal.uacm.edu.mx/LinkClick.aspx?fileticket=H3GF-KAn_Mo%3D&tabid=3022

3.- S. Barrena. La Razón Creativa, conocimiento y finalidad del ser humano,              según  C..S.Peirce.,  Ed. RIALP,  Madrid.  2007.

4.- J. Nubiola. Walker Percy y Charles S. PEIRCE: abducción y lenguaje.   Analogía Filosófica, México12/1 (1998), pp. 87-96.  Véase en http://www.unav.es/gep/AN/Nubiola.html

5) S. Barrena., “La creatividad en Charles S. Peirce”   Signos en Rotación, Año III, n° 181    Véase en:  http://www.unav.es/gep/Articulos/SRotacion1.html

6) C.S. Peirce, “El tratamiento apropiado de las hipótesis”.(1901)  Traducción castellana de Roberto Narváez (2009)   Véase en: http://www.unav.es/gep/TratamientoApropiadoHipotesis.html

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